A principios de la década de los 50, se le pidió al Dr. John Billings de Melbourne, Australia, que actuará como consejero médico de matrimonios que deseaban métodos naturales de planificación familiar. Los únicos métodos naturales disponibles en ese momento eran los Métodos del Ritmo y el de la Temperatura Basal del cuerpo. Se comprobó que estos dos métodos eran inseguros e inevitablemente limitados cuando los ciclos de la mujer eran largos e irregulares. El Doctor Billings recurrió a la literatura médica con la esperanza de hallar algún método que condujera al desarrollo de un método natural mejor y más efectivo. Encontró así referencias que se remontaban al año 1855, acerca de la secreción de un flujo mucoso producido por el cérvix del útero próximo al tiempo de ovulación. Las propiedades biofísicas y químicas de esta secreción fueron extensamente estudiadas, pero había pocas referencias de que esta secreción fuera una observación familiar propia de mujeres fecundas con buena salud. Reconoció la posible importancia del flujo mucoso como un indicador de la ovulación y se preguntó si esta secreción no podría ser usada por las mujeres como una señal de fertilidad.



Investigación
El Dr. James B. Brown trabajó desde 1947 en ensayos sobre la aplicación de hormonas para identificar las fases de fertilidad e infertilidad durante el ciclo menstrual en distintos lugares; Aukland, Nueva Zelandia, Escocia (1949-1962) y en Melbourne Australia (1962-2009).
En Edinburgh, participó en el desarrollo del primer ensayo preciso de hormonas, como estrógenos, pregnandiol, ganodotropina en la orina, y más adelante, en Melbourne, refinó los ensayos acerca de estrógenos y pregnandiol para aplicarla a las masas y de forma rápida.
Durante la década de 1960, el dr. Brown usó estos ensayos para ayudar a los Doctores John y Lyn Billings para desarrollar y validar el Método de la Ovulación.
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